Tal día como hoy, hace siete años, me convertí en un poquito madre. A las 8.00 nacía una niña que me iba a enseñar lo que era la maternidad. Nacía mi sobrina Paloma, la primera hija de Mi Otro Yo y, de alguna manera, mi hija. Yo para ella soy su otra mamá y ella, al igual que Diegote su hermano, son para mi mis otros hijos. Desde que nació, esa pequeña tiene lo que llaman ángel. Llegó en un momento especial de mi vida, y a la vez complicado, y su presencia me ayudó a levantarme más contenta cada día. Con ella aprendí lo que es querer sin medida, además de otras cuestiones más prácticas como limpiar un ombligo, hacer frente a un cólico a media noche o cortar las uñas a un bebé. Nunca estaré lo suficientemente agradecida a Mi Otro Yo y al Doctor Anónimo por compartir conmigo esos días y enseñarme el difícil y gratificante don de la maternidad.
Y la Princesa de todas las Princesa se va haciendo mayor y sigue con ese don especial. ¡¡Felicidades Princesa, y sigue siendo así de mágica!!!