Empecé la semana políticamente incorrecta. Menos mal que la cosa se ha ido arreglando. El martes fue el día de los broches que te llegan al alma. El miércoles tocó hablar de inteligencia emocional y el jueves de la sal de ajo. Y el viernes… me dormí.
¡¡¡Y MAÑANA MÁS Y MEJOR!!!