De siempre, en mi casa, no ha habido una regla en torno a los
juguetes sexistas. Yo misma he tenido muñecas, cocinitas, click de
Famobil e, incluso, un Madelman o un Geyperman (no recuerdo la marca). Y
en ese sentido hemos educado a nuestros hijos Mi Otro Yo y una menda.
Este verano se ha jugado a Piratas, cocinitas, mamás y papás, vampiros,
super héroes…Y es que mi sobrino, quien ha cumplido 5 años este mes,
está emocionado con todo lo que se refiera a super héroes. Le da lo
mismo Spiderman, Batman, Thor, Hulk, el Capitán América… Todo es
válido. Desde su cumple ha jugado mucho con unos muñecos articulados que
le regalamos. Pero lo más de lo más ha sido lo de este fin de semana.
El mismo se convirtió de super héroe. Se hizo con un arma que tan pronto
protegía que atacaba y con un amigo inseparable. Y de ahí surgió…
¿¿¿Quién
podría contra un super héroe ataviado con un recogedor rosa y un muñeco
de bebé en forma de pollo??? Yo desde luego, no. Se sentía invencible y
se lo pasó pipa. Y nosotros más. No sé yo si a las Bibianas Aídos y
Leires Pajines les hubiera gustado…